La transformación digital es mucho más que una tendencia, es un proceso que todas las empresas que deseen sobrevivir van a tener que abordar más temprano que tarde. De hecho, lo ocurrido durante la pandemia al imponerse los confinamientos, nos demostró que las organizaciones y los profesionales más avanzados tecnológicamente son los que mejor capacitados están para hacer frente a todo tipo de situaciones, y para continuar trabajando con “normalidad” incluso en condiciones difíciles.
Las empresas tienen que adaptarse a lo que ya conocemos como la era digital, y ese ajuste pasa por tener un personal que también tenga al día sus conocimientos y capacidades en lo que respecta al uso de las nuevas tecnologías. Y al frente de esa plantilla están los líderes, que son agentes esenciales cuando se trata de conseguir una transformación digital exitosa.
En un mundo en el que la tecnología se vuelve más imprescindible cada día, los líderes ya no pueden depender únicamente de las habilidades tradicionales de gestión y de toma de decisiones que les han situado en el lugar que ocupan ahora. El liderazgo en la era digital exige una constante adaptación a los cambios y agilidad para comprender las nuevas dinámicas de trabajo y las herramientas de última generación.
Ser un líder es un camino que nunca ha estado exento de retos. Pero en estos primeros años del siglo XXI, los cambios se producen más rápido que nunca y se exige de quienes están al frente de los equipos de trabajo que sean capaces, ya no de ajustarse a las nuevas formas de trabajar y a las nuevas tendencias digitales del mercado, sino de adelantarse a las mismas para proporcionar ventaja competitiva a su empresa.
Tabla de contenidos
El impacto de la tecnología en la evolución del liderazgo
La tecnología es uno de los catalizadores del cambio más importantes que ha habido en el mundo empresarial y, como es lógico, está afectando al liderazgo. A la forma en la que este es entendido y a la forma en que se ejerce.
Su impacto lo podemos medir a través de diferentes factores que han traído consigo ajustes en la manera en la que el líder debe trabajar:
Comunicación instantánea y transparencia
Videoconferencias, aplicaciones de chat, sistemas de mensajería instantánea… las nuevas formas de comunicación han derribado las barreras comunicativas que han existido tradicionalmente entre el líder y su equipo.
Ahora el líder puede expresarse de manera mucho más rápida y efectiva. Más comunicación y con mayor grado de transparencia, da como resultado empleados con mayor confianza en su jefe, que se atreven a exponerle todo aquello de lo que antes no hablaban.
Virtualización del trabajo
Las tecnologías colaborativas han facilitado el trabajo en remoto. Ahora el líder ya no tiene a su equipo de trabajo siempre bajo su supervisión, puede que todos o algunos de sus miembros estén en modalidad teletrabajo.
Esto le obliga a establecer nuevos sistemas para gestionar y cohesionar al equipo, pero también a ganar confianza en las personas que están a su cargo.
Automatización de tareas
Herramientas como la Inteligencia Artificial (IA) permiten simplificar y automatizar tareas a las que antes había que dedicar mucho tiempo. Por ejemplo, a elaborar un informe para presentarlo ante la junta directiva de la empresa.
El líder está en la obligación de conocer este tipo de herramientas y sacarles el máximo partido posible. Si lo hace, su día a día se simplifica, elimina tareas repetitivas de su agenda, y puede centrarse en tareas de mayor valor añadido.
Y lo mismo ocurre con sus empleados. Si los anima a utilizar este tipo de tecnologías, la plantilla acaba siendo más productiva y eficiente, porque puede dedicar su talento a tareas importantes en lugar de a trabajos repetitivos.
Toma de decisiones
La tecnología permite analizar millones de datos en tan solo segundos, y esta es una de las revoluciones más importantes que se han vivido en los últimos años en el campo empresarial.
No podemos olvidar que la información es poder y, cuando se tienen muchos datos, ser capaz de analizarlos y sintetizarlos de forma rápida y efectiva es esencial para tomar decisiones informadas.
Gracias al Big Data, los líderes toman decisiones basadas en datos actualizados en tiempo real, lo que hace que la posibilidad de error sea menor.
Gestión de riesgos digitales
Con el desarrollo de la tecnología ha llegado también el desarrollo del cibercrimen. Los datos que almacenan las empresas en sus sistemas tienen mucho valor en el mercado, y los ataques de hackers están a la orden del día. Además, la normativa sobre protección de datos se vuelve cada vez más estricta.
Aunque las empresas tienen especialistas en protección de datos y en ciberseguridad, la gestión de los riesgos digitales es una competencia nueva para los líderes que estos no pueden pasar por alto. Deben tener una serie de nociones básicas sobre estos temas para poder decidir cómo debe actuar la organización para estar bien protegida.
Competencias clave para el liderazgo en el mundo digital
Queda claro que la tecnología ha impactado en la forma de trabajar de los líderes a muchos más niveles de lo que se ve a simple vista y, por ello, las competencias que se exigen a quienes ocupan puestos de responsabilidad también han evolucionado.
Para poder sobresalir en un entorno que está en constante cambio, los líderes de la era digital tienen que contar sí o sí con un conjunto de soft skills que les permiten desarrollar su trabajo con más efectividad.
Adaptabilidad
Un líder que sea capaz de adaptarse a un entorno que está en constante cambio es esencial para cualquier empresa.
Nunca ha sido buena idea que los jefes se queden atrás en cuanto a conocimientos y competencias, pero ahora lo es todavía menos. Porque al líder actual se le exige estar dispuesto a aprender todo lo que sea necesario sobre nuevas tecnologías y ajustar tanto su forma de trabajar como sus estrategias a medida que se van sucediendo los cambios y aparecen oportunidades y desafíos.
Pensamiento estratégico
Como decíamos antes, el Big Data ayuda en la toma de decisiones estratégicas. Pero los datos por sí mismos no van a ningún lado. Es esencial que al otro lado de la pantalla haya un líder capaz de analizarlos en profundidad.
Esto supone evaluar las implicaciones que tienen los resultados que está revisando y las que pueden tener las decisiones que le están rondando por la cabeza.
Además, a las decisiones sobre gestión, finanzas, etc., se suman ahora las decisiones de carácter tecnológico y la necesidad de alinear estas con la visión global que tiene la organización.
Habilidades de comunicación
Por mucho que las cosas evolucionen, un buen líder no puede permitirse no ser un buen comunicador. Da igual si transmite su mensaje de viva voz frente a su interlocutor, a través de un sistema de videoconferencia, o mediante un correo electrónico.
En un mundo en el que la colaboración entre equipos es cada vez más en línea y menos presencial, los líderes tienen que seguir trabajando su habilidad de comunicación y adaptarla al entorno virtual.
Pensamiento crítico
Uno de los lados malos de la tecnología es lo que se conoce como infoxicación. Cuando una persona tiene demasiada información a su disposición, es posible que se pierda entre ella. Que llegue el momento en que no sepa bien qué es relevante y qué no.
El responsable del equipo del trabajo es el que tiene que hacer el esfuerzo de bucear entre la información y decidir cuál es crucial para el trabajo a realizar y cuál no, para comunicarlo después a sus subordinados. Para ello, cuenta con una habilidad que resulta del todo esencial: el pensamiento crítico. Este es el que le va a ayudar a cribar la información, a no dejarse llevar por el ruido, y a mantener su mente centrada en sus objetivos.
Empatía y habilidades interpersonales
Cuanto más virtual se vuelve la forma de trabajar, más importantes se vuelven las habilidades interpersonales y la empatía. Porque las relaciones humanas continúan siendo el centro de las relaciones laborales.
No importa si el líder tiene a su equipo de trabajo al otro lado de la pared de su despacho o repartido por el mundo. Tiene que ser capaz de construir una relación sólida con todos sus miembros, así como con los clientes y los proveedores, y para eso necesita dar lo mejor de sí mismo en las relaciones interpersonales.
Mentalidad de aprendizaje continuo
El líder de la era digital sabe que no basta con llegar a ocupar un puesto de responsabilidad. Que para mantenerse en el mismo, e incluso para seguir avanzando profesionalmente, hay que afrontar un proceso de aprendizaje constante.
Una de las habilidades esenciales del líder tecnológico es su capacidad para reconocer que no lo sabe todo y su disposición hacia el aprendizaje.
El liderazgo digital está lleno de retos apasionantes. Un camino que apenas estamos empezando a recorrer, pero que estamos seguros de que no tiene un fin, sino que se va haciendo más largo con cada paso que damos. La tecnología avanza, y la forma de trabajar y de gestionar al personal debe hacerlo también, y para ello hacen falta líderes bien capacitados.