“Talento” se ha convertido en la palabra clave en los procesos de selección de personal. Porque lo que quieren las empresas es atraer a candidatos talentosos. Aquellos que tienen las habilidades duras (hard skills) esenciales para desempeñar el puesto de trabajo de que se trate, y un buen número de habilidades blandas o soft skills que facilitan el desarrollo de todo tipo de tareas en cualquier entorno.
Pero el objetivo de las organizaciones no está cumplido cuando consiguen atraer talento a los procesos selectivos porque, una vez que esa persona talentosa forma parte de la plantilla, hay que trabajar para fidelizarla.
Los trabajadores están cada vez menos comprometidos con las empresas, y no dudan en renunciar voluntariamente a un puesto si les ofrecen algo mejor. Perder a buenos empleados es perder ventaja competitiva y, por ello, las empresas están dedicando más esfuerzos que nunca a trabajar su marca empleadora y aconvertirse en el mejor lugar para trabajar.
Tabla de contenidos
¿Qué es la marca empleadora?
También conocida como employer branding, es un concepto que hace referencia a la reputación que tiene una empresa como empleadora. El valor que ofrece a sus trabajadores y a quienes pudieran formar parte de su plantilla en el futuro.
Fue a finales de los años 90 del siglo pasado cuando las empresas empezaron a preocuparse por la imagen que transmitían tanto hacia el interior como al exterior en su faceta de empleadoras. A medida que la competencia por el talento en el mercado laboral se ha vuelto más feroz, presentar una buena imagen empleadora es cada vez más importante para atraer buenos candidatos y conservar a los empleados más valiosos.
Ventajas de trabajar la marca empleadora
Reduce el tiempo (y el dinero) necesario para hacer una contratación
Si una empresa tiene fama de ser buena empleadora, le resulta mucho más sencillo que a sus procesos de selección concurran más candidatos de valor, lo que reduce el tiempo de incorporación de nuevos trabajadores. Y un proceso de selección más corto es también más barato.
Rebaja la tasa de rotación
Una alta tasa de rotación es una preocupación para los departamentos de Recursos Humanos, pero cuando se trabaja la marca empleadora, lo que se consigue es que esa tasa vaya a la baja.
Los empleados se sienten escuchados y valorados, y esto hace que para ellos resulte mucho más difícil tomar la decisión de marcharse a trabajar a otro sitio. En consecuencia, la empresa no tiene que estar inmersa de forma constante en procesos para cubrir las vacantes dejadas por los que se marchan.
Atrae el talento
Una empresa con buena reputación como empleadora tiene más posibilidades de que los empleados talentosos que ahora mismo están trabajando en la competencia decidan irse a trabajar en ella. Esto le otorga una ventaja en el mercado.
Aumenta sus ventas
Que los empleados de una organización estén contentos es algo que trasciende las fronteras de esa entidad. Si la buena fama de esa empresa se extiende, los consumidores van a estar mucho más dispuestos a adquirir productos o servicios de esta antes que de su competencia.
Estrategias para una marca empleadora TOP
Potenciar la transparencia
La empresa debe ser consciente de sus puntos fuertes y sus puntos débiles como empleadora, y tiene que trabajar para reforzar todavía más esos puntos fuertes, y mejorar todo lo posible los débiles.
De cara hacia el exterior, su imagen como lugar para trabajar debe ser sólida, capaz de poner en valor lo beneficioso que es trabajar en ella. Lo que nunca tiene que hacer es proyectar una imagen que no coincida con la realidad.
Es fundamental que haya coherencia entre lo que se transmite y lo que se hace. Esto evitará que los nuevos empleados puedan sentirse decepcionados al entrar a formar parte de la plantilla y darse cuenta de la realidad.
Implicar a la plantilla
Los empleados son los mejores embajadores de marca que puede tener una empresa cuando se trata de hablar de sus cualidades como empleadora. Porque son ellos los que conocen la realidad, el día a día de trabajar en esa empresa. Por tanto, es importante que estos se impliquen para construir una buena reputación.
Lo primero es tener en cuenta su opinión. Que manifiesten qué es lo que consideran que se está haciendo bien y qué se podría mejorar. Para ello, hay que invitarlos a comunicarse a través de diferentes canales internos y externos.
Por supuesto, esta participación debe ser siempre voluntaria. No podemos imponerle a un empleado que escriba una opinión sobre su lugar de trabajo en redes sociales, porque no se sentirá libre de exponer lo que realmente piensa.
También se pueden llevar a cabo encuestas de satisfacción internas para conocer el sentir general de la empresa.
Toda esta información es de gran utilidad a la hora de detectar puntos fuertes y débiles del empleador, y se debe utilizar para incorporar mejoras que encajen dentro de lo que los miembros de la plantilla están demandando.
Observar a la competencia
El employer branding no deja de ser una forma de hacer marketing y, como siempre que se trata de hacer destacar un negocio por encima del resto, no está de más echar un vistazo a lo que están haciendo los demás.
No se trata de copiar las estrategias de atracción y retención de personal que ya esté utilizando otra empresa, sino de evaluar qué es lo que le funciona bien y ver cómo se puede mejorar. De hecho, también se puede buscar inspiración en este sentido en cómo actúan con respecto a su plantilla las empresas de otros sectores económicos.
Esta fórmula nos ayudará a evitar errores y nos librará de perder tiempo en poner en marcha acciones que no van a funcionar.
Participar en eventos de empleo
Cuando una empresa trabaja su marca empleadora no solo quiere retener a los empleados que ya tiene, también desea atraer talento. Una buena forma de hacerlo es potenciando la presencia en ferias y eventos relacionados con el empleo.
Es una forma de dejarse ver y de que el público sepa que esa entidad está dispuesta a dar oportunidades laborales a diferentes perfiles.
Dado que en este tipo de eventos también está presente la competencia, hay que buscar fórmulas para destacar. Hacer algo diferente romperá los esquemas de quienes acuden a ese evento para encontrar un trabajo, y los impulsará a querer participar en el proceso de selección.
Hacer una jornada de puertas abiertas
Se trata de mostrarle al resto del mundo cómo se trabaja en tu negocio, y lo puedes hacer incluso de manera virtual.
La idea es crear una landing page en la que los interesados tengan información directa sobre cómo es el día a día en los diferentes departamentos de la compañía, conocer cómo se sienten los empleados, ver las instalaciones, conocer a los líderes…
Todo esto puede actuar como incentivo a la hora de captar más talento. De hecho, aunque no haya un proceso de selección abierto en ese momento, se puede invitar a los visitantes online a que aprovechen y dejen su currículum para ser tenidos en cuenta en futuras vacantes.
Mejorar la experiencia del candidato
Muchos candidatos no van a convertirse en empleados de la empresa, pero sí se van a llevar una imagen de la misma que es mejor que sea positiva.
Mejorar la experiencia del candidato implica darles un trato adecuado a todas aquellas personas que, de una u otra manera, han mostrado su interés en trabajar en la compañía. Por ejemplo, manteniéndolas informadas sobre su continuación o no en el proceso de selección, o siendo flexibles a la hora de concertar cita para una entrevista.
Trabajar en contenido que potencie la marca empleadora
No basta con que la empresa sea una buena empleadora, tiene que dar conocimiento público de ello. Por eso, dentro de su propuesta de valor tiene que haber contenido relacionado con cómo es la experiencia de trabajar en ella, tanto en su blog como en su web y sus redes sociales.
Se pueden compartir artículos escritos por miembros de la plantilla, pequeñas entrevistas, vídeos, etc. Además, hay que intentar que ese contenido esté lo más actualizado posible.
Integrar la estrategia de employer branding con la estrategia de prensa
Es otra versión de lo que acabamos de mencionar. Se trata de destacar las cualidades de una empresa como empleadora a través de sus comunicaciones en prensa.
Para lograrlo, se pueden enviar notas de prensa a medios de comunicación, o se puede contactar con periodistas que estén interesados en hacer una entrevista o reportaje a alguno de los líderes de la empresa y a sus empleados.
En definitiva, para tener una marca empleadora que sea realmente efectiva, necesitamos coherencia entre lo que hacemos y lo que transmitimos. Por otro lado, la comunicación se vuelve fundamental, hay que “venderse” y demostrar por qué trabajar en nuestra empresa es mejor que hacerlo en la competencia.
Si la estrategia de employer branding está bien diseñada e implementada, no debería pasar mucho tiempo antes de que empieces a ver sus buenos resultados.