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La mejora continua de los procesos es una de las claves para que las empresas sigan avanzando en la consecución de sus objetivos. Si se busca mejorar procesos como el de producción, ¿por qué no hacerlo con el proceso de contratación?
La de reclutamiento de personas es una de las tareas más complejas e importantes que se llevan a cabo en una organización. De la buena adaptación entre el nuevo empleado y la empresa depende de que ambas partes vean satisfechas sus expectativas y comience una relación que sea fructífera.
Cuando mejoramos el proceso de contratación conseguimos:
- Aumentar la tasa de retención de empleados.
- Incrementar la productividad, al incorporar a la plantilla a empleados de alto rendimiento.
- Un nivel más alto de satisfacción entre la fuerza laboral a todos los niveles, ya que todos se van a ver afectados positivamente por la llegada de un nuevo empleado de talento a la organización.
1. Medir la calidad actual del proceso
Antes de saber dónde queremos llegar debemos tener claro cuál es nuestro punto de partida. Nunca podremos estar al tanto de cuánto hemos avanzado en la mejora del proceso si no sabemos en qué punto estábamos al comenzar. Precisamente por ello, lo primero que hay que hacer es un análisis a fondo de la calidad que tiene el proceso de contratación que estamos aplicando actualmente. Algo para lo que podemos medir parámetros como:- Tiempo medio que se tarda en cubrir un puesto vacante.
- Fuentes de búsqueda de candidatos.
- Tipos de pruebas practicadas durante las fases de selección.
- Tasa de retención de los nuevos empleados.