¿Cómo se logra el éxito empresarial? La respuesta a esta pregunta le quita el sueño a los emprendedores de cualquier sector, pero lo cierto es que no hay ninguna fórmula secreta para el éxito. Lo que funciona para unos puede no hacerlo para otros. En este artículo que hemos escrito en colaboración con Teamtailor te contamos todo
Lo que sí existe y ha demostrado dar muy buenos resultados es aplicar buenas prácticas empresariales. Por ejemplo, promover la conciliación, fomentar la equidad, brindar formación constante a los empleados, o aplicar nuevas metodologías de trabajo. Dentro de ese conjunto de buenas prácticas, también podemos incluir el fomento de la diversidad y de la inclusión.
Por tanto, si queremos lograr el éxito con nuestra idea de negocio, queda claro que uno de los primeros objetivos que debemos plantearnos y trabajar para conseguir es el de la inclusión y la diversidad en nuestra plantilla, pero, ¿cómo podemos hacerlo?
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Diversidad e inclusión para el éxito empresarial: necesarias pero diferentes
Solemos hablar de ambos términos en conjunto, pero conviene aclarar que se trata de dos cosas diferentes.
Diversidad implica integrar en la empresa diferentes talentos que harán que esta funcione de una manera más óptima. Estamos apostando por la diversidad cuando nuestros equipos de trabajo están formados por personas de diferente edad, género, raza, origen social, y también con diferentes capacidades.
La inclusión, por su parte, es la capacidad que tiene la empresa para gestionar e integrar las diferencias individuales dentro de un equipo de trabajo. Implica sentirse a gusto en el trabajo, siendo uno mismo y, a la vez, sintiéndose parte del equipo. Es un paso más hacia esa diversidad que acabamos de definir.
Como puedes imaginar, aquellas personas que tienen una discapacidad, o algún rasgo personal o social que les ha supuesto una discriminación, lo tienen un poco más complicado para acceder a un empleo. Cuando lo logran, llegar a conseguir que se sientan incluidas implica un esfuerzo extra por parte de la empresa y de sus trabajadores. Sin embargo, es un esfuerzo que bien merece la pena, porque de él se benefician todos los miembros de la plantilla, la organización en sí misma, y el conjunto de la sociedad.
Avanzando hacia la diversidad y la inclusión: pasos para lograr el éxito empresarial
Fomentar el liderazgo inclusivo
Siempre definimos al líder como aquella persona que es capaz de guiar al equipo. No impone sus decisiones ni da órdenes, sino que se convierte en un ejemplo a seguir y consigue que los subordinados hagan lo que deben de motu proprio y con la suficiente motivación.
Una buena manera de lograr la inclusión, y con ella la diversidad en la empresa, es trabajando un liderazgo inclusivo. Este debe ser horizontal y colaborativo, con personas que estén abiertas a la inclusión y la diversidad y sean sensibles a ella.
Además, es fundamental que no haya una homogeneidad en los ejecutivos. Si buscamos heterogeneidad para los equipos de trabajo, también la necesitamos entre los líderes. En la medida que la empresa pueda, los líderes deben quedar fuera de estereotipos o moldes impuestos por un modelo de sociedad que ya estamos dejando atrás.
Acabar con los sesgos inconscientes
Para poder lograr los objetivos de diversidad e inclusión primero debemos asegurarnos de que tenemos una plantilla diversa.
¿Cómo vamos a ser inclusivos con los trabajadores de más edad si nunca contratamos a nadie de más de 40 años? ¿Cómo podemos abogar por el empleo de las personas con discapacidad si nadie en la plantilla tiene una discapacidad reconocida?
La diversidad y la inclusión empiezan con la contratación, y sabemos de sobra que ciertas personas lo tienen muy complicado para acceder a un puesto de trabajo. No porque no estén preparadas para trabajar, que suelen estarlo, sino porque los reclutadores acaban por aplicar sesgos inconscientes que contribuyen a descartarlas.
Así, si nuestra plantilla está formada en su práctica totalidad por hombres blancos de 30 a 50 años, posiblemente una persona de origen africano, un joven de 18 años que busca su primer empleo, o una mujer, van a quedar inmediatamente descartados en favor de otro candidato que sea hombre, blanco, y tenga entre 30 y 50 años.
Acabar con los sesgos inconscientes es muy complicado, y requiere invertir tiempo y recursos en formar al personal que se encarga de la selección. Son los técnicos de Recursos Humanos los que tienen que ser conscientes de que están aplicando sesgos, porque solo así lograrán dejarlos de lado y hacer un trabajo más objetivo que llevará hacia la diversidad en la plantilla.
Potenciar la comunicación para el éxito empresarial
Imaginemos un equipo de trabajo en el que todas las personas oyen con normalidad, y al que un día se incorpora un empleado sordo.
Por desgracia, la mayoría de las personas no están acostumbradas a tratar de forma directa con colectivos que tienen especial dificultad de acceso al empleo, como los discapacitados, y cuando llega el momento de relacionarse con ellos no saben muy bien cómo hacerlo y tienden a tener una actitud qué, o bien es demasiado sobreprotectora, o bien ignora las necesidades especiales que puede tener esa persona. Esto es normal, y la única forma de salvar este obstáculo es con comunicación.
Retomando el ejemplo anterior, los miembros de plantilla deberían ser informados con anterioridad de la llegada de una persona sorda, y sobre la forma en que se va adaptar la forma de trabajar para que el equipo pueda llegar a ser eficiente lo antes posible.
Hay que concienciar, informar y formar. Transmitir los aspectos positivos que tienen las diferencias entre los miembros del equipo, y destacar las ventajas que puede tener la integración.
En el ejemplo que estamos viendo, la empresa puede abogar por medidas como ofrecer formación en lenguaje de signos a todos aquellos de sus empleados que deseen aprenderlo.
Hacer voluntariado corporativo
¿Qué sabemos la mayoría de nosotros sobre las personas con discapacidad, sobre las que pertenecen a una determinada etnia, tienen otra orientación sexual diferente a la nuestra, o provienen de otro país? Poco o nada, porque la mayoría de lo que creemos saber son más bien estereotipos que poco tienen que ver con la realidad.
Dado que la mayoría de las personas tienen un círculo social bastante homogéneo, hay que promover el interés por la diversidad y la inclusión, y una buena forma de hacerlo es a través del voluntariado corporativo, por ejemplo, con personas en riesgo de exclusión social.
La idea es sacar al trabajador de su entorno social habitual y ponerle en contacto con personas que viven en otras realidades. Que pueda conocer más de cerca cómo es su vida, qué necesidades tienen, qué problemas deben afrontar, etc. Esto ayuda a desarrollar la empatía y promueve el acercamiento de puntos de vista.
La experiencia nos demuestra que los empleados que hacen este tipo de voluntariados de carácter social son mucho más abiertos frente a la llegada a la plantilla de personas que se salgan del perfil prototípico.
Aplicar la técnica Robin para el éxito empresarial
Es habitual que en las reuniones siempre haya dos o tres personas que “lleven la voz cantante”. Después hay algunos que participan de vez en cuando y otros que siempre prefieren pasar desapercibidos.
Generalmente, quienes nunca aportan nada no es que no tengan nada que aportar, es que no se sienten cómodos al hacerlo. Puede que se sientan ajenos a la reunión si se perciben a sí mismos como una minoría, que sean tímidos, o que tengan algún problema de comunicación.
La técnica Robin busca la participación de todos para una mayor integración. Con ella, cada miembro del equipo debe tener, al menos, un turno de palabra, y es libre de elegir si quiere usarlo o pasarlo.
Curiosamente, cuando le damos directamente el turno de palabra a una persona en lugar de esperar que sea ella la que voluntariamente se comunique, nos encontramos con que empieza a compartir sus ideas y opiniones, y poco a poco se va soltando.
Es una manera de conseguir la colaboración de todos, de trabajar para conseguir esa integración que no es otra cosa que sentirse cómodo y a gusto, y también de que los miembros del equipo se conozcan un poco mejor.
Formar a los empleados en diversidad e inclusión
Al principio de este artículo hemos señalado las diferencias entre diversidad e inclusión porque sabemos que muchas personas no lo tienen del todo claro, y es que esta no es una disciplina en la que se suela recibir formación, así que las dudas son algo normal.
Una empresa no puede pasar de 0 a 100 en diversidad e inclusión, este es un camino lento en el que hay que avanzar de forma segura y, para alcanzar la meta, es imprescindible la buena disposición de los empleados. Por eso, quizá el primer paso a dar sea ofrecer formación en estas materias.
Una plantilla formada en estas materias estará mucho más preparada para recibir a compañeros de cualquier tipo y condición. Incluso podemos encontrarnos con que sean los empleados los que planteen a la empresa nuevas formas de lograr la diversidad y la inclusión.
Los empleados son el recurso más valioso que tiene cualquier empresa. Cuanto más cómodos se sientan estos, y más motivados estén para trabajar, más cerca estará la entidad de conseguir sus objetivos. Precisamente por ello, la diversidad y la inclusión son esenciales cuando se desea alcanzar el éxito. Conoce por qué la diversidad y la inclusión son esenciales para el éxito empresarial a largo plazo.