5 cosas que estás haciendo que afectan negativamente a la experiencia de tu candidato

¿Los aspirantes al puesto de trabajo que estás ofertando en tu empresa desaparecen de buenas a primeras sin dejar ni rastro? ¿Has ofrecido un empleo a un candidato que ha pasado todas las pruebas selectivas y al final te ha dicho que no le interesa trabajar contigo? Si tu negocio ha pasado por alguna de estas situaciones, lo que ocurre es que estás cometiendo errores en la experiencia del candidato.

Está ocurriendo algo que hace que los aspirantes no se sientan cómodos con el trato recibido. Por eso, o te hacen ghosting o rechazan el empleo después de haber dedicado su tiempo al proceso de selección.

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La experiencia del candidato es clave para conseguir talento

Ya hemos dicho en más de una ocasión que en el mercado laboral hay una auténtica “batalla” entre las empresas para intentar captar a empleados talentosos.

Hay mucha gente desempleada pero, a la hora de la verdad, son pocos los que tienen un perfil que encaja bien en un puesto concreto de trabajo, y esto provoca que los procesos de reclutamiento se alarguen durante semanas y hasta meses. De hecho, en algunos casos las empresas no pueden cubrir los puestos porque no encuentran a la persona idónea.

Encontrar al candidato adecuado para un puesto nunca es fácil. Hay que tener en cuenta que esto resultará mucho más complicado si el proceso de selección no es el adecuado y no se está tratando a los aspirantes de la forma correcta.

La imagen de la empresa

Las empresas deben asegurarse de que la experiencia de los candidatos a los puestos vacantes sea lo más positiva posible, aunque no consigan el trabajo. Es importante que se vayan con una buena imagen de la organización, porque así hablarán bien de ella y conseguirán que otras personas de su entorno se interesen en los puestos de trabajo ofrecidos. Así, poco a poco, la empresa va mejorando su marca empleadora y consigue que a sus procesos de selección se presenten personas talentosas que cumplen los requisitos para trabajar en la vacante ofertada, lo que hace que el proceso sea más breve y efectivo.

La experiencia del candidato es, ni más ni menos, que la forma en la que este se siente a lo largo del proceso de reclutamiento con el tratamiento que está recibiendo por parte de la empresa. Si queremos mejorarlo, debemos tener claro qué es lo que se hace mal en muchas empresas. Por eso, a continuación, vamos a exponer cinco prácticas comunes en muchos negocios que contribuyen a que la sensación que se lleva el aspirante no sea precisamente positiva.

Publicar ofertas poco claras como uno de los errores en la experiencia del candidato

La experiencia del candidato comienza incluso antes de su primer contacto directo con la empresa, cuando ve la oferta de empleo.

A priori, un anuncio de trabajo debería ser breve, pero lo suficientemente conciso como para que la persona esté al tanto de las condiciones básicas que se exigen y el tipo de perfil que está buscando la empresa.

Sin embargo, en los últimos años, las ofertas de trabajo son cada vez más opacas. Apenas se da información y, con frecuencia, la información que se aporta está más destinada a promocionar a la marca en sí misma que a dar datos sobre el empleo y los requisitos que han de cumplir los aspirantes.

Ejemplo

Todos hemos visto anuncios del tipo: “Empresa de gran prestigio en el sector de los seguros, con presencia en más de 20 países, busca personal para su departamento comercial”.

Después de leer este anuncio, ¿cómo puede saber una persona en busca de trabajo si encaja o no en el perfil que la empresa está buscando?

Cuando la oferta de trabajo es poco clara, se acaban recibiendo cientos de currículums de personas cuyo perfil laboral no encaja en lo que está buscando la compañía, y esto supone un problema, porque hay que dedicar mucho más tiempo al cribado.

En estos casos, la experiencia del candidato se va a ver afectada por dos motivos:

  • Si hay muchos aspirantes descartados, lo más probable es que la empresa ni se moleste en comunicar a quienes se han postulado que su perfil no encaja en el puesto.
  • Se le está haciendo perder el tiempo a una persona que está en búsqueda activa de empleo. Porque está dedicando parte de su esfuerzo a intentar obtener un puesto para el que no cumple los requisitos.

Por suerte, esto tiene fácil solución. La clave está en hacer ofertas de trabajo bien definidas, que permitan al aspirante conocer qué es lo que se ofrece y qué requisitos son imprescindibles en cuanto a conocimientos, experiencia y habilidades duras y blandas. De esta forma, quien está buscando trabajo podrá autodescartarse si ve que no encaja en el perfil, y no estará perdiendo su tiempo.

Ofertas de trabajo camufladas como uno de los errores en al experiencia del candidato

Si hay algo peor que una oferta de trabajo poco transparente, es una oferta de trabajo camuflada. Porque aquí sí que se le está haciendo perder el tiempo a los aspirantes y, además, se les intenta atraer mediante el engaño.

Esta práctica consiste en ofrecer un trabajo para conseguir muchos postulantes, pero ese puesto no es el que se desea cubrir, sino que se busca candidatos para otro.

Por ejemplo, una gran cantidad de empresas necesitan perfiles comerciales, pero saben que muchos demandantes de empleo no desean este trabajo. Así que ofrecen otro puesto más demandado, como el de auxiliar administrativo. Cuando las personas acuden a la entrevista, convencidas de que el puesto vacante es para trabajar en la oficina, descubren que lo que la empresa realmente está ofreciendo es un trabajo comercial.

Ante un caso de este tipo, la experiencia del candidato es totalmente nefasta. No solo siente que ha perdido el tiempo, sino que además se siente totalmente estafado, porque el puesto al que aspiraba nunca ha existido.

Esta práctica juega muy en contra de las empresas y daña severamente su imagen. Si hay problemas para encontrar candidatos para ciertos puestos, la solución nunca puede ser engañar a los demandantes de empleo para atraerlos al proceso de selección. Lo que se debe hacer es empezar a buscar a esos profesionales a los que no se encuentra en canales más especializados.

Esperas innecesarias 

Todos sabemos que los procesos de selección son complejos y se pueden alargar, pero las empresas tienen tendencia a valorar muy poco el tiempo de los aspirantes, como si estos no tuvieran nada más que hacer, otro de los errores en la experiencia del candidato.

Pueden tardar semanas en llamar para una entrevista, y cuando el candidato llega al lugar para ser entrevistado, se le puede tener esperando durante más de media hora.

Está claro que siempre puede surgir algún incidente que haga que el proceso de selección se retrase, o que la entrevista fijada para una hora se lleve a cabo más tarde, pero hay que poner en valor el tiempo que el candidato está dedicando a la empresa y, como mínimo, hay que avisarle de que se ha producido un retraso.

Si el proceso de selección se está dilatando en el tiempo, es conveniente enviar un correo electrónico o hacer una llamada para informar de ello. De esta forma, se le demuestra al candidato que se le sigue teniendo en cuenta.

Si es la entrevista lo que se va a retrasar, lo recomendable es avisar al entrevistado en cuanto llega a la empresa. Pedirle disculpas, mostrarle un lugar en el que puede esperar tranquilamente y ofrecerle, a ser posible, algo de beber.

Comentarios fuera de lugar

Dar retroalimentación al candidato siempre es una buena idea, especialmente si este ha sido descartado. No está de más hacerle algunos comentarios sobre qué aspectos de su perfil profesional debería potenciar para, en el futuro, tener más opciones de ser elegido para cubrir una vacante como esa a la que se ha presentado.

La retroalimentación siempre debe ser positiva, porque si es negativa, o incluso si le damos al candidato consejos fuera de lugar o innecesarios, estamos haciendo que su experiencia con la empresa se vuelva negativa.

Por ejemplo, si en el perfil de un candidato vemos que ahora mismo está estudiando algo que no tiene nada que ver con con su formación original y con los puestos en los que ha trabajado, en ningún caso se le puede recomendar que deje esos estudios y se centre en otros más relacionados con su experiencia laboral para seguir mejorando. Porque no sabemos cuál es la razón que ha llevado a esa persona a iniciar un nuevo proceso formativo.

No conocer el perfil del candidato como uno de los errores en la experiencia del candidato

El entrevistador va a ver a varias decenas de personas dentro del proceso de selección y, lógicamente, no puede haberse “estudiado” el currículum de todas ellas. Pero cuando el candidato llega a la entrevista es necesario que el reclutador conozca, al menos, los elementos básicos de su perfil profesional.

Si el técnico de personal se pone a leer el currículum del aspirante delante de este, demuestra que no le ha prestado ningún interés hasta el momento, lo que afecta de manera notable a la imagen que se va a llevar esa persona de la empresa.

Una buena experiencia del candidato es esencial para que la empresa atraiga y luego retenga el talento. Si tratamos bien a los aspirantes durante el reclutamiento, estos pueden tener por seguro que también recibirán un trato adecuado si consiguen el puesto. Precisamente por ello, reforzar este aspecto del proceso de selección es imprescindible.