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Todo lo que debes saber sobre el desarrollo de soft skills

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El principal reto de los especialistas en reclutamiento es encontrar el perfil de trabajador que mejor encaje con el puesto a cubrir. Pero, desde hace ya algún tiempo, sabemos que a la hora de lograr esa conexión no basta solo con que la persona elegida sepa desarrollar las tareas propias del trabajo ofertado. La clave está en el desarrollo de las soft skills.

A fin de mejorar la eficiencia de los equipos de trabajo, estos deben estar integrados por personas que tengan diferentes competencias y habilidades que puedan compenetrarse entre sí. Es aquí cuando entran en juego las soft skills.

Se trata de ese conjunto de cualidades personales que no están directamente vinculadas con el ejercicio de un puesto de trabajo concreto, pero que son esenciales para poder alcanzar el éxito en cualquier tarea

Están estrechamente relacionadas con la forma de ser de la persona y con su mentalidad, y determinan cómo interactúa y cómo afronta los retos que pueden surgir dentro del ámbito laboral.

¿Por qué son tan importantes el desarrollo de soft skills?

Las hard skill, o habilidades duras, las que necesita una persona para desarrollar un puesto concreto de trabajo, solo sirven dentro de ese ámbito. Si el empleado decide dar un giro a su carrera profesional y dedicarse a otra cosa, esas competencias ya no le valdrán, tendrá que desarrollar unas nuevas. 

Además, las formas de trabajar cambian con el paso del tiempo, lo que hace totalmente necesario reciclar las habilidades duras. Si no se hace así, estaremos ante un trabajador que se ha quedado desfasado y puede dejar de ser el adecuado para el puesto que está ocupando.

Por el contrario, las habilidades blandas se pueden usar tanto dentro como fuera del ámbito laboral. Por ejemplo, si una persona es buena comunicadora, esto puede venirle muy bien en su trabajo, pero también a la hora de negociar un préstamo con su banco. 

Las soft skill no se quedan obsoletas con el paso del tiempo, pero sí es necesario seguir trabajando en ellas para potenciarlas.

Otra cuestión importante a tener en cuenta, es que son precisamente las habilidades blandas las que hacen único a cada trabajador y, en la mayoría de los casos, son estas las que están detrás del éxito profesional.

El trabajador con habilidades blandas, ¿nace o se hace?

Podemos decir que es una mezcla de ambas cosas. Hay quienes tienen un don natural para el liderazgo, la comunicación, la gestión de su tiempo, la creatividad, etc., pero que esas cualidades no sean innatas en una persona no quiere decir que esta no las pueda desarrollar.

Las habilidades que la persona ha ido forjando a lo largo de su experiencia vital se pueden sumar a las habilidades que se pueden aprender a través de la formación.

¿Cómo empezar a llevar a cabo el desarrollo de soft skills?

Identificar oportunidades

Un buen punto de partida es hacer un análisis DAFO de uno mismo, centrándose en este caso en las habilidades blandas que ya se poseen y en las que sería necesario desarrollar para encontrar el puesto de trabajo deseado. 

Para lograr un buen resultado hay que hacer una introspección honesta de uno mismo y de su comportamiento, determinando cuáles son los puntos fuertes, y qué aspectos sería necesario mejorar.

Encontrar la forma de trabajar en ellas como forma de desarrollo de soft skills

La alternativa de la formación reglada siempre está ahí. Buena prueba de ello es que la oferta de cursos de oratoria o de liderazgo es cada vez más amplia. Sin embargo, no siempre es necesaria una formación al estilo clásico para desarrollar nuevas soft skills.

Por ejemplo, si al analizar tu perfil te has dado cuenta de que eres más bien individualista y no se te da bien trabajar en equipo, puedes potenciar esta habilidad realizando una labor de voluntariado: un comedor social, Protección Civil, una asociación de defensa de los animales… lo que tienen en común todas ellas es que siempre se trabaja en equipo.

Poner en práctica las nuevas habilidades como forma de desarrollo de soft skills

Si te has tomado la molestia de empezar a trabajar en desarrollar o mejorar tus competencias personales, no te quedes solo en la teoría. Es hora de ponerlas en práctica en el ámbito laboral y comprobar si de verdad estás alcanzando las metas que te habías propuesto.

El papel de la empresa en el desarrollo de soft skills

Ya hemos visto que cada uno de nosotros podemos hacer mucho para mejorar nuestras habilidades blandas, pero también las empresas pueden poner de su parte. Porque contar con trabajadores talentosos y dotados de buenas competencias profesionales y personales es para ellas una fuente de rentabilidad.

En este sentido, las empresas deben desempeñar un rol facilitador, acercando y promoviendo la formación de sus empleados, ayudándoles a desarrollar nuevas capacidades que los harán más efectivos a la hora de desarrollar su trabajo. Esto, además de mejorar la productividad, también permite a las corporaciones atraer y retener el talento.

Veamos ahora qué factores deben en cuenta las empresas a la hora de promover el desarrollo de las soft skills de sus empleados.

Actividades de formación

No toda la formación que se imparte en la empresa debe estar relacionada necesariamente con las tareas propias del puesto de trabajo. Los cursos que promueven el desarrollo de habilidades blandas se pueden impartir a toda la plantilla y generan beneficios en todos los extractos de la empresa.

Algunos ejemplos son los cursos relacionados con el trabajo en equipo, los destinados a la mejora de la comunicación, o los que pretenden estimular el pensamiento creativo o el pensamiento crítico.

Cultura empresarial que favorezca el desarrollo del individuo

Carece de sentido promover el desarrollo de las habilidades blandas entre los miembros de la plantilla si luego desde el equipo directivo no se promueve el uso de estas capacidades.

Todavía hay empresas que coartan el desarrollo de sus empleados, en las que no hay espacio para la crítica constructiva ni se reconoce el valor de una comunicación efectiva. Por suerte, las compañías de este tipo son cada vez menos.

La tendencia actual es que la cultura empresarial promueva el desarrollo personal y profesional de sus empleados, teniendo en cuenta sus opiniones y valorándolos más allá del trabajo que realizan.

Aportar feedback

El feedback es mucho más que una evaluación del rendimiento del trabajador, es establecer un sistema de mentorización en el que exista un tutor que ayude a otros en el desarrollo de nuevas habilidades.

El mentor se encargará de dar retroalimentación a sus “discípulos”. Sus críticas serán siempre constructivas, animando a seguir mejorando. Pero también habrá lugar para el feedback positivo, destacando ante cada individuo qué es lo que está haciendo bien y reconociendo su esfuerzo.

Fijar bien las metas y el proceso de monitorización

Podemos evaluar la capacidad productiva de un trabajador atendiendo al número de tareas propias de su puesto que lleva a cabo en un determinado tiempo, pero las soft skills no pueden medirse de esta manera.

¿Cómo vamos a saber si una persona ha mejorado sus habilidades de comunicación, o si es ahora mejor líder que hace unos meses? La clave está en programar actividades en las que se pueda comprobar in situ si ha habido una evolución positiva.

Por ejemplo, si queremos que nuestros empleados desarrollen su habilidad para trabajar en equipo, después de la formación se puede llevar a cabo un team building. En esta actividad lúdica se puede comprobar si las relaciones entre los miembros del equipo han mejorado, y si ahora se sincronizan y complementan mejor que antes.

Asignar nuevas competencias

Como decíamos antes, las nuevas habilidades deben ponerse en práctica, y puede que en el puesto de trabajo que ocupa una persona ciertas soft skills no tengan muchas posibilidades de hacerse efectivas.

Una buena forma de acabar con este problema es asignar a los empleados responsabilidades complementarias en las que puedan poner en práctica sus nuevas capacidades. Esto tiene un gran efecto motivador.

Desarrollo de soft skills: las más demandadas en la actualidad

Para terminar, conviene dar un repaso a las habilidades blandas que más valoran las empresas recogidas en uno de los últimos informes de LinkedIn

Liderazgo

Es una habilidad que permite a las personas guiar a otras en el cumplimiento de sus objetivos, de forma que a la empresa le resulta más sencillo alcanzar las metas que se ha marcado.

Comunicación

Hace referencia a comunicación oral, escrita, e incluso no verbal, todas aquellas formas de expresarse que dan lugar a una expresión más efectiva dentro y fuera del trabajo.

Trabajo en equipo

Se trata de un conjunto de competencias como la capacidad de coordinación, la capacidad de delegar, o la práctica de la escucha activa, que permiten a los empleados desarrollar su labor de manera conjunta.

Gestión del tiempo

Es la capacidad para hacer un uso inteligente del tiempo del que se dispone para realizar las diferentes tareas pendientes.

Resolución de problemas

Se refiere a la habilidad de las personas para combinar pensamiento analítico y creativo y hallar así la solución más adecuada para cada problema.

Pensamiento crítico

Implica poder analizar de forma objetiva la información recibida y llegar con ello a conclusiones lógicas, sin que influyan los sesgos personales o las emociones.

Las soft skills son necesarias en todos los puestos de trabajo de cualquier organización, aunque no siempre harán falta las mismas. Por eso, es importante que la empresa tenga claras cuáles son necesarias en cada caso concreto, y busque a trabajadores que las tengan o dispongan de potencial suficiente para desarrollarlas.

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